Como preludio al [gran] debate de ideas que supone surtidas argumentaciones de una y otra posición (si es que realmente existen) es importante revisar las categorías y no hacerlas clichés o etiquetas. 

Como podrán leer en el cuadro los significados básicos no evocan ningún temor ni mayor resistencia, por el contrario parecen inofensivos y hasta digeribles, pero si se adentra y transfieren estas categorías a una institución política como el APRA genera un mar de diversas y dispersas reacciones. Esta discusión no es nueva y apremia cerrarla o, mejor dicho, superarla.

Algunos apristas señalan "reingeniería" como propuesta que atañe a ajustar y perfeccionar formas administrativas y gerenciales, por ende es válido para el Partido, pero insuficiente para su categórica actualización y dimensión dialéctica.

Particularmente prefería "refuncionalización" que es un préstamo de la arquitectura para establecer un mejor y adaptado funcionamiento de lo que ya está construido (en ese mismo sentido fortalecer cimientos y en la medida de lo posible acrecentar la gran obra), en este caso una histórica institución política, esencialmente en lo que refiere a sus funciones vitales y originales.

En resumen, junto a la discusión, lo que debe imperar es una nueva actitud frente a un nuevo tiempo que demanda modernizar formas de acción política en correlato al viejo sueño de una sociedad más justa y libre.