La otra Fiesta de la Planta: Aprismo y marihuana
un tema de salud pública, seguridad ciudadana y recreación
“La hierba es la curación de una nación, el alcohol es la destrucción.”
Es cierto, no se encontrará ninguna cita o texto partidario que refiera a la marihuana, pero también es cierto que resulta insuficiente quedarse en una revisión congelada del aprismo, que en su espíritu dialéctico y libertario debe responder al ejercicio del análisis de la realidad y sus contradicciones. Esto es, el consumo y comercio de marihuana es una realidad (véase como problema de salud pública y seguridad ciudadana).
¿Qué hacer frente a esa realidad?
Analizarla y proponer soluciones viables que beneficien a la sociedad en su conjunto y suprimir sesgos o prejuicios cargados de mojigatería. A la luz de avances médicos y científicos está comprobada que algunas toxinas de la marihuana fungen de paleativos y hasta curan formaciones oncológicas y otros procesos patológicos, además de probada su leve grado adictivo en comparación con las “drogas” legales como por ejemplo licores, cigarrillo y café.
Para empezar, de acuerdo al inciso 1 del artículo 299 del Código Penal, el consumo de marihuana está despenalizado en el Perú. Es decir, si una persona tiene en su poder hasta ocho gramos para su consumo personal, ello no es sancionado, pero puede ir a la cárcel, entre ocho y 15 años, solo si cultiva, siembra, produce o comercializa la planta.
Dato, APRA promovió: Decreto Legislativo 982, firmado por nuestro c. Jorge del Castillo en el progresista gobierno aprista para extender la legalización del consumo de varias drogas. Gracias a éste, el Código Procesal Penal dice:
"Artículo 299.- Posesión no punible
No es punible la posesión de droga para el propio e inmediato consumo, en cantidad que no exceda de cinco gramos de pasta básica de cocaína, dos gramos de clorhidrato de cocaína, ocho gramos de marihuana o dos gramos de sus derivados, un gramo de látex de opio o doscientos miligramos de sus derivados o doscientos cincuenta miligramos de éxtasis, conteniendo Metilendioxianfetamina - MDA, Metilendioximetanfetamina - MDMA, Metanfetamina o sustancias análogas.”
Aunque algunos amarillos antiapristas señalan que esta iniciativa fue para sacar a algunos hijos de dirigentes apristas que constantemente consumen marihuana y son detenidos por posesión, la verdad es que fue un gran paso que debemos reconocer dentro de las reivindicaciones sociales logradas y como un hito hacia la legalización.
La línea del aprismo sobre la marihuana debe ser en materia de políticas públicas de salud, seguridad ciudadana y recreación, teniendo en cuenta que ya existen experiencias generosas como en Estados Unidos, Holanda y Uruguay que demuestran que el Estado ha sabido captar el aporte tributario de una industria y/o autocultivo que quebró el narcotráfico y abonó al consumo y control de la forma medicinal y recreativa.
Al aprismo le hace falta esta discusión para sentar posición política frente a estos temas que complementan y refrescan nuestras primigenias banderas de Justicia Social.